Caminos, cunetas

El mundo desde los caminos, sus márgenes en movimiento. Vemos los paisajes al pasar desde el coche, a una cierta velocidad. Para acentuar aún más esa visión transitoria y efímera, podemos elegir esas horas en las que aún queda algo de luz pero el sol cae ya muy tangente, remarcando con el contraste de las sombras los intensos colores del crepúsculo. Sacando fotografías con una baja velocidad de disparo, desde el coche, obtenemos unas imágenes borrosas, estriadas, hechas de bandas abstractas que respetan sólo algunos detalles en la lejanía, muy evocadoras y efectistas. Ideales también como modelos para disfrutar pintando con la máxima libertad sin abandonar cierta referencialidad, como ocurre con las aguas o los cielos.

Las diferentes técnicas usadas acrecientan las variaciones posibles, cada una según sus cualidades. El óleo tarda en secarse, por lo que puedes retocarlo todo una y otra vez. Te permite acumular varias capas opacas y transparentes. Las acuarelas son transparentes en principio, aunque también las puedes opacar. Es un medio muy efectista, que depende de la fluidez del agua. El gouache es espeso y se seca enseguida, por lo que incita a la pincelada corta -aunque puede siempre ser reblandecido y re-editado. Con el ordenador puedes hacer todo eso junto y aún mucho más, pero pierdes el contacto físico directo. Y dependes del software y del hardware que uses. Para bien y para mal.

El nombre de “cunetas” las sumerge en una oscura realidad histórica aún negada en mi país, las convierte, sin cambiar ni un color ni un trazo, en imágenes dramáticas del silencio atronador de una parte de nuestra historia reciente, y de nuestra realidad cotidiana.

Fotografías

Óleos

Acuarelas

Gouaches

Infografías

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