INFOGRAFÍAS
Primeras experiencias
Mi primer ordenador tenía una pantalla de 7 pulgadas en puro blanco y negro: los grises se conseguían con tramas. Manejaba un ratón cuadrado y sólo podías editar dibujos de muy pequeño tamaño porque tenía una memoria muy pequeña, calculada en realidad para números y letras. El segundo tenía ya una pantalla con colores, un poco más de memoria y un ratón más afinado. Con el tercero pude hacer ya estos pocos ejemplos, que incluso llegué a imprimir y todo. Tiempos heroicos en que hacías lo que podías y te imaginabas el resto, esperando que el medio madurase lo suficiente como para competir con las técnicas tradicionales.
Obra más reciente
La evolución tanto del software (los programas) como del hardware (los aparatos) fue muy rápida, y en nuestros días han alcanzado ya un grado de perfección y potencia realmente pasmoso. Con un buen equipo y un poco de experiencia, un pintor puede experimentar la más total libertad de acción pictórica imaginable, utilizando todo tipo de herramientas, técnicas, cualidades y posibilidades, pudiendo incluso combinar y personalizar hasta el extremo sus pinceles, arrastres, empastes, tintes y borronaduras. Un paraíso infinito que puede llegar a causar vértigo, y perderte en la obsesión por perfeccionar tus herramientas.
Aquí unas muestras de mis propias aventuras contemporáneas entre pantallas, interfaces y paletas gráficas.